12 de mayo de 2007

La voz de María


¿Nos hemos parado a pensar, de vez en cuando, qué tonalidad y cómo sería la voz de María? Alguien, con mucha razón, dijo que "la voz de María tiene el color de cada alma, el sonido de las cuerdas vocales de cada creyente y la dulzura del paladar que sabe saborear la palabra: María"

*La voz de María era suave. No quería imponerse a la gran voz de Dios.

*La voz de María era sencilla. Sólo entendía y comprendía que era instrumento en las manos de Dios

*La voz de María era, ni más ni menos, que una melodía en los labios de Dios.

Estamos en la Pascua. El mes de mayo, dedicado a la Virgen María, nos invita a proclamar la presencia de Jesús muerto y resucitado.

No podemos contentarnos con una adscripción en una determinada religión. ¿Cómo es nuestra voz? ¿Nos dejamos sentir, como cristianos, allá donde estamos? ¿Qué timbre tiene nuestra voz? ¿Suave u ofensiva? ¿Humilde u orgullosa? ¿Sencilla o complicada? ¿Grave o estridente? ¿Comprometida o indiferente?

La voz de María sigue estando presente en la voz de todos sus hijos e hijas que, como Ella, decimos un ¡fiat! ¡hágase!

Por el contrario, silenciamos la voz de María, cuando ponemos sordina al evangelio, cuando no damos la talla como católicos, cuando no defendemos aquellos valores que el cristianismo puede aportar a nuestra sociedad.

¿Silenciamos o somos altavoz de María?

Dejamos, ante la figura de María, este micrófono. Quiere simbolizar nuestro deseo de manifestar públicamente los sentimientos de la Virgen: ¡Nada ni nadie como Cristo!


AFINA MI VOZ, MARIA

Si se impone la angustia,

que entone una palabra de aliento

Si asola la tristeza,

que florezca en un sonido de alegría

Si avanza la soledad,

que ejecute una melodía de solidaridad

AFINA MI VOZ, MARIA

Que no pierda el compás de la fe

Que no deje el ritmo de la esperanza

Que no ignore el punto de la caridad

AFINA MI VOZ, MARIA

Para que, allá donde yo esté,

suene el evangelio con música nueva

Para que, allá donde yo pase,

sea proclamado y bendecido el nombre de Cristo

Para que, allá por donde yo cante,

sea engrandecido Dios Padre Todopoderoso

AFINA MI VOZ, MARIA

Para que no desafine mi vida cristiana

Para que llegue a un final feliz la partitura de mi existencia

Para que no existan alteraciones en mi confianza

Para que no se rompa la composición

que Dios ha pensado con mi vida

AFINA MI VOZ, MARIA

Y, si por lo que sea, alguna vez se calla,

dame una vitamina de esas que a Ti te sobran:

claridad en el hablar

dulzura en el caminar

y timidez en el juzgar

AFINA MI VOZ, MARIA

para que, cuando me presente ante Dios,

pueda hacerle conocedor

de una melodía -mi propia vida-

la cual, intenté llevarla a cabo.

Amén

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