14 de mayo de 2007

El tacto de María


Dice un viejo proverbio: "sobran manos y falta tacto". María sobresalió, con dos simples manos, por su delicadeza y su tacto para cumplir y llevar a cabo el pensamiento que Dios tenía sobre ella.


¡Nunca, dos manos, hicieron tanto! ¿Qué hacemos con las nuestras?

La Virgen tuvo ese sentido del tacto para comprobar la textura interior de un Dios que le exigía lo aparentemente imposible.

*El sentido del tacto para tocar la forma de un Dios humanado.

*El tacto para comprobar la dureza de ser Madre al pie de la cruz.

Para nosotros, contemplar a María en este marco de la Pascua, es darle la enhorabuena por esa intuición que tuvo desde el anuncio del ángel hasta el mismísimo día de Pentecostés. ¡Tuvo tacto para las cosas de Dios y, Dios, fue su gran lotería!

-Sin Ella no hubiera existido la noche más feliz de Belén

-Sin Ella no se hubieran molestado en desplazarse tres regios personajes

-Sin Ella no hubiera habido vino bueno en Caná

Demos gracias a Dios, por el tacto divino de María. Que también nosotros, en esta Pascua, en este mes de mayo, presentemos a Dios estos guantes blancos. Con ellos queremos simbolizar nuestro deseo de vivir, trabajar, sentir y actuar con la misma sensibilidad de la Virgen María.


QUIERO TENER TACTO

Para buscar a Dios y no perderlo

Para distinguir el error de la verdad

Para no andar por caminos equivocados

QUIERO TENER TACTO

Como el de María, vivo e inquieto

Como el de María, humano y divino

Como el de María, sereno y humillado

Como el de María, obediente y activo

QUIERO TENER TACTO

Sin dejar la tierra, tocar el cielo

Sin dejar el cielo, no olvidar la tierra

Sin dejar de ser hombre, no olvidar a Dios

Sin dejar a Dios, sentirme plenamente hombre

QUIERO TENER TACTO

Para comprender y ser comprendido

Para vivir y ayudar a vivir

Para levantarme y ayudar a levantar

Para creer y ayudar a creer

QUIERO TENER TACTO

Como el de María, para bendecir a Dios

Como el de María, para sentir a Jesús

Como el de María, para disfrutar al Espíritu

Como el de María, para acariciar la cruz

QUIERO TENER TACTO

Y, si por lo que sea, sólo tengo para las cosas del mundo

te pido, María, que des otra sensibilidad a mis manos.

Amén.

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