A María desde la ternura
Tú eres, María, la experiencia más bella del evangelio.
En ti Dios se ha hecho buena noticia para el hombre. Eres la estrella de la mañana que anuncia el día y abre caminos.
Nos muestras un estilo de vida nuevo y fascinante para nosotros.
Eres María, la virgen bella y fecunda de Nazaret.
Mi corazón se alegra ante tu presencia y busca en el tuyo un camino de verdad. Mi corazón está abierto a tu vida limpia y profunda.
Te alabamos, Madre, porque, con tu actitud, cambiaste la historia.
Te admiramos por tu respuesta decidida a la llamada de Dios.
Te bendecimos, madre, por tu “Sí” a su proyecto para tu vida y porque dejaste a Dios entrar libremente en tu tienda.
Gracias Madre por tu corazón bueno y disponible; por tu corazón sincero y transparente. Gracias Madre, por tu corazón sencillo y humilde: por tu corazón lleno de luz.
Aquí me tienes, madre, dispuesto a seguir tus huellas, deseoso de amar y servir a mis hermanos.
Ayúdame, a construir la paz y la concordia; a sembrar la alegría y la felicidad en mis hermanos.
Ayúdame, Madre, a construir un mundo de justicia y libertad.
Momento de oración- Piensa en una cualidad de María, la que más falta te haga en estos momentos ¿cómo la puedes vivir hoy?. (1minuto de REFLEXIÓN)
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