1º Semana de Adviento
“En aquél tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Mirad, vigilad pues no sabéis cuándo es el momento. Es igual que un hombre que se fue de viaje y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su tarea. Encargando al portero que velara. Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a mediodía, o al canto del gallo, o al amanecer: No sea que venga inesperadamente y os encuentre dormidos. Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡Velad!”
Durante las cuatro semanas que anteceden a la Navidad los cristianos celebramos el Adviento, es decir, la preparación de la venida de Jesús. Cuando llega un nuevo miembro al hogar, un recién nacido, todo el ambiente se prepara. Se le busca un lugar dónde dormir, ropa, se buscan los alimentos adecuados. La familia se prepara para recibir a este nuevo miembro con alegría y generosidad. Incluso en los hogares más humildes preparan su casa para que el recién nacido no pase frío, hambre, se sienta feliz, en fin, se sienta acogido.
El tiempo de adviento es parecido a este tiempo en el que la madre espera la llegada de su hijo al mundo. La diferencia es que este tiempo especial dura las cuatro semanas anteriores a la Noche Buena, es decir, hasta el 24 de Diciembre. Es una época en la que la Iglesia prepara los corazones de los cristianos para la llegada del Señor, la llegada del Niño Dios, el esperado Mesías. También la Virgen María, la Madre de este recién nacido, nos pide que preparemos nuestros corazones y que no nos dé lo mismo el nacimiento de su Hijo.
Estas cuatro semanas son un tiempo especial en el que se espera al Niño Dios con alegría, esperanza y con el cambio o conversión de nuestros corazones. Sólo así le podremos ofrecer a Jesús un hogar en la tierra, junto a nosotros. Por eso es importante prepararnos cada año, aunque Jesús ya nació hace más de dos mil años en Belén. Él quiere nacer cada año nuevamente, pero en el corazón de cada uno para así poder vivir junto a nosotros. Para que esto pueda ser nosotros debemos aprender a quererlo como lo hizo su Madre, la Virgen, y José. Y, entonces, qué mejor que comenzar a encontrarnos con Jesús Niño, con Jesús recién nacido.
Momento de oración- ¿Estoy preparado para vivir de una forma especial el nacimiento de Dios en mi vida? ¿Cómo puedo preparar su llegada?...
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