El lunes 8 de marzo perdía la vida en el asentamiento de las Madres (Mazagón) Fadara Diara, un joven inmigrante procedente de Mali que había venido a buscar trabajo en el sector agrario a la provincia de Huelva. Según parece, inhaló gases nocivos procedentes del combustible que utilizaron para hacer un fuego que atenuara el frío que pasaban en la chabola en la que dormía. Un compañero de Fadara tuvo que ser hospitalizado por las mismas causas. Afortunadamente parece que este compañero se recupera y ya salió de la Unidad de Cuidados Intensivos.
Cáritas ya ha trasladado las condolencias tanto a sus familiares como a los compañeros de Fadara y se ha ofrecido, junto a las organizaciones que vienen trabajando en los asentamientos, para apoyar, en la medida de las posibilidades, los trámites necesarios para que el joven inmigrante pueda tener un funeral conforme a las costumbres de su país de origen.
Pero, desde el dolor y la indignación que nos produce esta situación, Cáritas quiere trasladar a la sociedad onubense la denuncia de la situación que viven más de doscientas personas en nuestra provincia. Fadara ha muerto como ha vivido desde que llegó a nuestra provincia: en condiciones indignas y eso no lo puede permitir un pueblo que dice que quiere rescatar sus señas de identidad, un pueblo que se dice acogedor, un pueblo que entre esas señas de identidad destacaba la hospitalidad.
Y como no se debe permitir pedimos que entre toda la sociedad, entre todas las administraciones y entre todas las organizaciones busquemos solución al problema que sufren las personas que malviven en unos asentamientos chabolistas donde carecen de agua, saneamiento, electricidad, servicio de recogida de basuras, ..., y, por supuesto, de una vivienda digna.
Esperamos que el fallecimiento de Fadara sirva, por lo menos, para que se tome conciencia de la situación de los cientos de trabajadores que viven como él vivió.
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