El Hijo pródigo es una de las parábolas más conocidas. Siempre la hemos leído fijándonos en ese hijo mejor desagradecido que le pide a su Padre su parte de la herencia para despilfarrarla. Te invitamos a reciclarla, a releer la parábola desde otra clave. ¿Por qué no hacemos al Padre de protagonista de la historia? Es él, el que vive actitudes que nos pueden proporcionar un auténtico reciclaje. Te has dado cuenta como se comporta. Primero accede a dar a su hijo la herencia, posiblemente lo debió pasar mal esperándolo... y lo que es más sorprendente cuando su hijo vuelve no hay regañinas, no le echa nada en cara. La parábola habla de como se conmueve ,y abraza a su hijo. El padre recicla su orgullo en ACOGIDA INCONDICIONAL. Contrasta esta actitud con la del hermano mayor, que desde fuera (porque se niega a entar) permanece bloqueado, juzgando. Es la personificación de los fariseos y los letrados del tiempo de Jesús. Sin embargo Jesús acoge a los publicanos y pecadores.
Dos actitudes contrapuestas: el Padre (que representa a Jesús que acoge a los pecadores) y el hijo mayor (que representa a los fariseos y a los letrados) ¿A CUÁL TE PARECES TÚ?
En nuestro camino de RECICLAJE somos invitados a cambiar nuestra forma de relacionarnos con los demás, frente a la exclusión y el rencor que nos hace quedarnos bloqueados somos invitados a ser personas que saben perdonar, que saben acoger como el padre de la parábola,como Jesús de Nazaret.
ÁNIMO, RECICLATE, SERÁS MÁS FELIZ. Buena semana...
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